Evolución Nómada

El 2016, iniciando mi vuelta al mundo, conseguí los elementos más livianos y pequeños del mercado y me lancé a conocer el planeta cargando exactamente 40 kilos de equipaje. Ropa, carpa, saco de dormir, cocina, alimentos, herramientas y un botiquín básico se transformaron en mi casa durante 4 hermosos años, ejercicio de vida que simplificó todo.

Hoy, con más experiencia, reduje mi equipaje a 30 kilos, que para muchos puede parecer poco pero para un viajero en motocicleta es significativo. Una cámara fotográfica más pequeña y poderosa, un colchón inflable de tan solo 300 gramos, elementos de camping más livianos y funcionales, y hasta un computador 500 gramos más liviano. Todo suma… o reste, depende del prisma.